Publicidad

Mostrando entradas con la etiqueta reclusorio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reclusorio. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de enero de 2012

Presos del Amate se manifiestan en contra de condiciones deplorables en prisión


Realizan Huelga de hambre de un día en ambiente pacífico
Demandan mejor calidad de alimentos, servicios médico y trato respetuoso a sus visitas

Boletin/Cencos
Los internos del Reclusorio número 14, conocido como El Amate, ubicado en el municipio de Cintalapa de Figueroa, Chiapas, llevaron a cabo una protesta pacífica al interior del reclusorio, para lo que se vistieron todos de playera blanca y se concentraron en la "cancha" del reclusorio y realizaron una huelga de hambre.
   Exigían la presencia de un notario público para que diera fe de los acuerdos que firmaría el director porque en anterior huelga éste se había comprometido a mejorar las condiciones de alimentación y salud a cambio que se levantara la huelga, pero una vez que la huelga se levantó no cumplió con los acuerdos.
   Las demandas en general son; mejorar las condiciones y la porción de los alimentos, tener acceso a una consulta médica, que les surtan la receta que el médico del penal les extiende y que se le dé un trato respetuoso a las visitas de los internos.
   En el Reclusorio se encontró presente el Licenciado Abenamar del Consejo Estatal de Derechos Humanos CEDH. Desconocemos si se le permitió entrevistarse con los presos.
   Presos de el amate entrevistados por miembros de la Limeddh reiteraron que se trataba de una protesta totalmente pacífica. De ahí que lo único que hicieran como medio de presión fuera ponerse una playera blanca y reunirse en la plaza para hacer la huelga de hambre.
   Esa es toda la información con que contamos por ahora. Recordemos que en comunicaciones previas la Limeddh ha urgido a las autoridades penitenciarias a tomar cartas en el asunto a fin de satisfacer las demandas, que consideramos legítimas, de los presos del Amate. Pues no es la primera vez que se realizan este tipo de protestas en el Amate. El Día 10 de enero del 2012 se solicito a la Comisión Nacional de los derechos humanos (CNDH) intercediera para verificar se respetaran los derechos de los presos a través de un comunicado que hemos hecho público.

México, Distrito Federal a 12 de Septiembre de 2011

A los medios de comunicación y público en general

Atentamente
Por las organizaciones integrantes de la Red de Alerta Temprana
Dr. Adrián Ramírez López
Presidente de la  Liga Mexicana por la Defenza de los Derechos Humanos (Limeddh)

lunes, 22 de agosto de 2011

Trasladan a ex secretario de finanzas del DF al penal del Altiplano

Reforma Móvil
Gustavo Ponce, ex Secretario de Finanzas del DF, será trasladado del penal de máxima seguridad del Altiplano, al Reclusorio Norte, en la Capital, luego de que la Procuraduría de Justicia del DF, solicitara su aprehensión por fraude en perjuicio del Gobierno de la Ciudad.
   El 1 de marzo de 2004 se difundieron unos videos en los que se observa a Ponce apostando en una zona exclusiva del casino del hotel Bellagio, en Las Vegas.
   Investigaciones de la SIEDO señalan que el entonces funcionario del DF apostaba hasta 50 mil dólares, a pesar de que ganaba mensualmente sólo 66 mil pesos. Entre 1999 y febrero del 2004 viajó en 20 ocasiones a ese destino.
   En su momento, Andrés Manuel López Obrador informó que la Secretaría de Hacienda ya conocía de los movimientos de Ponce, sin embargo no denunció las irregularidades hasta que se dieron a conocer los videos, cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ya le había reportado a Hacienda las irregularidades.
   Ponce fue sentenciado a 8 años 16 días de prisión en 2009 por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, bajo la hipótesis de "transportar recursos del territorio nacional al extranjero o viceversa".
   El Juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales del Estado de México reconoció que su sentencia comenzó a correr desde octubre del 2004 cuando fue detenido en Tepoztlán, Morelos, por cometer presuntamente el delito de lavado de dinero.
   Pero cuando se enteró de su condena sólo le restaban tres años y medio de prisión y pagar 661 días de multa, según impuso el juzgador.
   Autoridades carcelarias esperan que el ex funcionario capitalino, que trabajo en tiempos de la Jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sea detenido cuando salga del penal federal, para poderlo trasladar a la Ciudad de México y enfrente otro juicio.
   El Juez 12 Penal del Tribunal Superior de Justicia del DF, Jorge Guerrero Meléndez, giró orden de aprehensión en contra de Ponce por el delito de fraude genérico.

domingo, 7 de agosto de 2011

Las cabanas en cárceles generan 100 mil pesos a reos y custodios

Reforma Móvil
El uso de "cabañas" en las cárceles capitalinas en las áreas de visita familiar no ha podido ser erradicado ante la posibilidad de que los reos se inconformen y se amotinen.
Éste es uno de los argumentos que dio la Subsecretaría de Sistema Penitenciario a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ante la existencia de estas carpas improvisadas con cobijas viejas en las que los internos reciben a sus familiares y parejas para sostener relaciones sexuales, informó Montserrat Rizo, directora de Seguimiento del organismo local.
Mientras tanto, dijo, las problemáticas que derivan de la instalación de estos espacios persisten.
Tan sólo en el Reclusorio Norte, de acuerdo con un informe de la CDHDF, existen 390 "cabañas", que según reos y custodios consultados, son rentadas entre 50 y 70 pesos a la población penitenciaria durante los días de visita.
Semanalmente, estos espacios generan ganancias de alrededor de 100 mil pesos, de ser rentados todos en los cuatro días de visita.
Según los reos, los internos que están a cargo de este negocio deben pagar una concesión de hasta 10 mil pesos anuales, así como cuotas mensuales a personal de seguridad.
El costo de las "cabañas" varía según los servicios que tenga, ya que algunas son consideradas VIP, pues tienen DVD, televisión, grabadora, entre otros objetos.
En enero pasado, REFORMA publicó que estos espacios se habían quitado luego de que supuestamente un reo fuera violado al interior de uno de estos lugares; sin embargo, esto no se cumplió, ya que según funcionarios las "cabañas" generan altas cantidades de dinero entre la población.
Además, sirven para tener visitas íntimas de manera clandestina y para depositar la droga que ingresan los visitantes entre sus prendas para no ser descubiertos.
Rizo señaló que en las "cabañas" se dan prácticas como la visita íntima y familiar, así como cobros indebidos, por lo que no son espacios adecuados para la población penitenciaria.
"Aun cuando la autoridad penitenciaria nos ha dicho que está por terminarse nosotros hemos observado que sigue."Se cometen cobro indebido, privilegios, condiciones no aptas para la convivencia porque están en una colchoneta, con cobijas como de techo, no son condiciones para que lleven ahí su visita íntima, familiar, de ninguna manera", dijo Rizo.
Asimismo, informó que la institución penitenciaria aseguró que estas instalaciones se quitarían paulatinamente.
"Informaron que se habían quitado e inmediatamente nosotros fuimos a hacer una revisión, han disminuido, pero no se ha erradicado. En la última información que nos dieron nos dijeron que era un trabajo de concientización con los internos porque sabes que eso implica también un ingreso (económico para reos), quien las instala.
"Algunos tienen televisión, radio, video, todo, eso implica otra cuestión que pudiera generar inconformidad de los propios internos y pudiera derivar en algún tipo de motín", dijo.

viernes, 15 de julio de 2011

Empresario va a la cárcel por desfalco a Nextel

Reforma Móvil
El Juzgado 11 en Materia Penal del Reclusorio Norte dictó auto de formal prisión contra un alto directivo de una empresa de traslado de valores, por un desfalco de más de 51 millones de pesos a la compañía de radiocomunicación Nextel de México.
   La Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJDF) informó que se trata de Fernando Falcón Naranjo, quien ostentaba el cargo de Director General de la empresa "Transporte Especializado BISSA S.A. de C.V".
   Falcón enfrentará proceso ordinario bajo la causa penal 176/2009, por el delito de abuso de confianza agravado, mientras que la cantidad del daño patrimonial causado lo obliga a permanecer en prisión preventiva hasta que concluya el juicio.
   De acuerdo con el expediente del caso, en 2008 Nextel, a través de sus representantes legales, firmó un contrato con BISSA para la recolección, custodia y depósito de los pagos de servicios de comunicación prestados en todo el Distrito Federal y área metropolitana.
   De acuerdo con las investigaciones, la empresa de traslado de valores recibió en los distintos centros de atención el dinero cobrado a los clientes durante varios meses.
  No obstante, los valores nunca fueron depositados en la cuenta bancaria de Nextel de México, lo cual era responsabilidad directa de Falcón Naranjo y dos directivos más de BISSA que al parecer seencuentran prófugos.
   En enero de 2009, Nextel realizó un arqueo cotejando las papeletas, en las que consta el numerario entregado al personal de Transporte Especializado BISSA SA de CV, y la cuenta bancaria en la cual debió depositarse el efectivo; resultando un faltante de poco más de 51 millones 332 mil pesos.
   Con los elementos de prueba reunidos se procedió con la detención y consignación de Falcón Naranjo por el delito de abuso de confianza.

miércoles, 18 de mayo de 2011

CNDH recibio de enero del 2009 a noviembre del 2010 recibió 93 quejas de descrimacion contra homosexuales

La Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) informó que de enero del 2009 a noviembre del 2010 recibió 93 quejas en contra de autoridades que presuntamente discriminaron a personas con preferencias hacia su mismo sexo.
La Cuarta Visitadora, Guadalupe Cabrera, indicó que de estas quejas alrededor del 20 por ciento se resolvieron durante el trámite iniciado, mientras que el resto de ellas continúan en investigación.
En conferencia de prensa, la visitadora detalló que gran parte de los expedientes se refieren a violaciones a derechos humanos cometidas a homosexuales que se encuentran presos en las cárceles capitalinas.
"El mayor número de quejas está centrado en las condiciones de reclusión y vinculados por un contexto de discriminación o afectación a otra serie de derechos por pertenecer a la comunidad", dijo en el marco del Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.
También señaló que una de las constantes causas de discriminación es la negativa al servicio médico.
Agregó que las autoridades relacionadas con un mayor número de expedientes son Secretaría de Salud, la Secretaría de Gobierno, y la Procuraduría capitalina.
En tanto, Alejandro Brito Lemus, director de la asociación civil Letra S, dijo que el Distrito Federal ocupa el primer lugar en crímenes de odio por homofobia, siendo que de 1995 al 2009 se registraron 166 homicidios de este tipo.
Esta estadística, explicó, se obtuvo tomando información de 73 medios de comunicación ubicados en 11 entidades del País.
Escuchan quejas de reos homosexuales
La Unidad Especializada para la Atención a Usuarios de la Comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual de la PGJDF comenzó este martes a recorrer los penales capitalinos para escuchar las inconformidades de internos homosexuales.
Clementina Rodríguez, directora Ejecutiva de Prevención y Readaptación Social de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, informó que la Unidad de la Procuraduría local arrancó sus sesiones informativas en la Penitenciaría del DF y el Reclusorio Norte.
La funcionaria indicó que durante las visitas, que se extenderán a todas las cárceles locales, los internos mostraron su inconformidad por la falta de respeto a su aspecto físico y a sus preferencias sexuales.
"Básicamente lo que pidieron es respeto y tolerancia de las autoridades penitenciarias y de sus compañeros internos.
"También se abordaron temas como la importancia de protección en el acto sexual, principalmente con las personas portadoras de VIH para la prevención de cualquier tipo de contagio, así como su atención médica", refirió Rodríguez.
La funcionaria subrayó que el objetivo de acercar la Unidad a las cárceles es recabar denuncias para generar conciencia y respeto acerca de la diversidad sexual y mejorar la convivencia.
"Debemos atacar los prejuicios y violencia en contra de los internos, respetando sus preferencias sexuales no sólo entre ellos, sino con el personal y autoridades que conviven entre sí", sostuvo. 

jueves, 3 de marzo de 2011

Nacer tras las rejas en México


Las mujeres que purgan sus condenas en los reclusorios femeninos de la Ciudad de México se enfrentan a todo para sobrevivir. En el de Santa Martha Acatitla, el problema de la maternidad es oprobioso. Ahí, alrededor de 100 menores cohabitan con sus madres en un sórdido espacio, sin ninguna garantía. Lo grave es que algunas de ellas admiten que deciden embarazarse para evitar que las transfieran a un penal de alta seguridad, y se muestran dispuestas a correr todos los riesgos que ello implica. En este reportaje, a fin de proteger a los menores y a sus madres,  se mantienen en reserva sus nombres, sustituyéndolos por seudónimos.

Proceso/México, D.F.-
El mundo de Martín mide 7.7 hectáreas, es gris y con forma octagonal. Más allá, sólo el limbo de un hábitat ruidoso y desconocido para él.Y si bien las crayolas de los niños tienen colores vistosos, como el azul, beige y negro, en el caso de Martín y los casi 100 infantes que, como él, viven en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla al lado de sus madres, estos tonos tienen un significado distinto
   En el código penitenciario, el azul corresponde al vestido por las internas más antiguas y aguerridas, las que mejor defienden su territorio: las sentenciadas. El beige es para las melancólicas, las confundidas, las que prefieren no dar problemas, toda vez que su proceso aún no concluye. Pero es el negro el que cubre los cuerpos de las más temidas, las dueñas de la vida carcelaria: las custodias.
   Según la ley, los bebés que nacen mientras su madre purga una condena en Santa Martha tienen derecho a permanecer con ellas los primeros cinco años 11 meses. Al cumplir los seis, son enviados con algún familiar o a un hospicio. Sólo entonces descubren el mundo extramuros.
   En este espacio, las reclusas de Santa Martha conviven con sus hijos durante los primeros años, inmersas en un ambiente sórdido en el cual la drogadicción, las riñas –provocadas por un litro de leche, por obtener un chocho o por un pedazo de jabón–, el lesbianismo y los abusos de autoridad son cotidianos.

Los “juzgadazos”
   De 2008 a finales de 2010, el número de menores en Santa Martha aumentó 61.2%, al pasar de 60 a 98. La cifra es exponencial, si se considera que el crecimiento poblacional oscila en 10% en el reclusorio.
   Muchas de las madres de Santa Martha aseguran que su primera opción es tener a sus hijos con ellas, pues consideran que enviarlos a una institución o con sus familiares no garantiza a los menores una vida más placentera. “Si a mí no me cuidaban, ¿qué le van a hacer a mi hijo?”, reflexiona Celia, quien purga una condena por el delito de daños contra la salud.
   Otras dicen que si sus hijos permanecen en el reclusorio ellas tendrán algunos beneficios, como celdas mejor ubicadas, así como una mejor ración de comida diaria y otras canonjías; unas más confiesan que en la maternidad encuentran el ancla para impedir que las trasladen a penales de máxima seguridad, donde la presencia de niños no está permitida.
   Hay internas que han dado a luz en dos ocasiones y tienen a sus hijos en sus celdas. “Son los juzgadazos”, comenta una empleada del penal femenil, y relata, mientras señala a una de ellas: “Esa interna tiene dos hijos, su esposo está en otro penal. Cuando va al juzgado y se encuentra con él aprovecha para tener sus encuentros”.
   Hoy, ante el disparo de nacimientos, en Santa Martha cunde un rumor: están preparando una villa para que las internas y sus hijos sean trasladados a las Islas Marías.
   La socióloga Claudia, quien imparte clases a nivel universitario a los presos de los diferentes centros penitenciarios del Distrito Federal, gracias a un programa de la Universidad de la Ciudad de México, relata que en Santa Martha una de sus alumnas faltaba a sus clases con frecuencia y no cumplía con sus tareas. Cuando asistía a clase, dice, llevaba a su bebé de un año, que tenía un semblante enfermizo.
   Dice que eso le preocupó, por lo que comenzó a apoyarla con dinero. Dejó de hacerlo cuando descubrió que la propia madre drogaba al bebé para evitar que llorara. “Cuando sus compañeros me lo dijeron, no lo podía creer. ¿Cómo pude haber sido tan pendeja y no haberme dado cuenta?”, se pregunta la profesora.
  Ese tipo de maltrato infantil ha dado lugar a “madres sustitutas”: internas que, aún sin haber engendrado al niño, los cuidan. Esta modalidad se da, principalmente, cuando las madres biológicas son adictas a alguna sustancia.
  “Hay niños que sólo están con su madre, nomás cuando se van a dormir, el resto del tiempo lo traen otras internas”, asevera Guadalupe, una de las internas.
  Elena Azaola Garrido, especialista en temas de género y reclusorios del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), considera que más allá de la aplicación de una regla general, cada caso debería ser analizado de forma individual, para así evaluar si mantener al menor al lado de su madre presa es en su mejor beneficio.
  “Cada caso –dice– debe ser valorado y debe tomarse la mejor decisión, la que mejor cumpla con los derechos de los niños. No se pueden poner metas generales y decir, ‘ningún caso’ o ‘en todos los casos’”.
  Sobre el uso de la maternidad como vehículo para obtener beneficios y evitar traslados a otros penales, Azaola Garrido señala que, pese a que pueden existir estos casos, no se pueden violentar los derechos reproductivos de las reclusas y, por el contrario, se debe apoyarlas con asesoría e información:
   “Es posible que algunas lo intenten (embarazarse para evitar su traslado u obtener beneficios), aunque de todas formas tienen sus derechos a salvo, inclusive el de ser madres.
  “No por ello se desvirtúan los derechos de los menores. Claro, lo más conveniente es que ellas pudieran contar con todo el apoyo y toda la asesoría de lo que implica traer un hijo al mundo y que ellas pudieran tomar una decisión estando perfectamente informadas, asesoradas, no presionadas o negándoles su derecho.”

El Cendi
   La mayoría de los menores acuden al Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) que existe al interior del reclusorio. Aunque llevar los menores a sus instalaciones no es obligatorio, sí es una condicionante para que las internas reciban pañales y leche para sus hijos. “A mí eso es lo único que no me gusta. Que si no los mandas, no te dan nada”, asegura Celia.
   Las educadoras visten batas a cuadros, como en cualquier kínder. En el patio trasero están los juegos, recientemente donados. En ese espacio los pequeños interactúan y se divierten hasta que, a las tres de la tarde, sus madres pasan a recogerlos.
   En el Cendi Amalia Solórzano de Cárdenas laboran una directora, una psicóloga, una trabajadora social, cuatro asistentes educativos y dos auxiliares  administrativas. Algunas internas prestan eventualmente sus servicios, lo que ha generado el descontento de algunas madres, quienes se quejan porque, arguyen, algunas de las cuidadoras consumen drogas.
   Y aun cuando la mayoría de las madres de los menores que asisten al Cendi tienen una buena impresión de su funcionamiento, dicen que les gustaría que no fueran internas las encargadas de apoyar a las profesoras.
   Sagrario, quien está en la cárcel por fraude, es una de esas internas que cuidan a los infantes. Dice que ella también es madre, aunque sus hijos, de 10 y 12 años, ya no están en el reclusorio. Comenta que aunque pudiera tenerlos ahí, no lo haría, pues considera que es probable que una larga estancia de los pequeños en el penal afecta su personalidad.
  Sin embargo, dice que cuidar a los hijos de sus compañeras “es un respiro. Me hago la idea de que son los míos. Muchas mamás sólo lo tienen aquí porque les conviene. Los cuidan mal y luego nos echan la culpa a nosotras”.
  Relata que a Israel, el bebé de Laura, lo tiraron en una ocasión en el Cendi. La madre no lo supo por voz de las empleadas del lugar, sino por el moretón que le descubrió en la frente: “Al principio me negaron todo y yo dejé de llevar a mi hijo al Cendi como dos meses, pero durante ese periodo me dejaron de dar pañales y leche, así que tuve que regresar”, dice.
  La ración diaria por bebé es de tres pañales y 10 onzas de fórmula de leche, aunque “si corro con suerte, alcanzo hasta un cuarto de bote”, agrega Laura, quien llegó a Santa Martha hace cuatro años acusada de ser cómplice en un secuestro.
   Azaola Garrido considera que las condiciones en que se desarrollan los menores dentro de los centros penitenciarios, no son los adecuados para su sano desarrollo: “Hay que insistir en que las prisiones que permitan tener ahí a los niños, deben tenerlos en las mejores condiciones y priorizar sus derechos”.

Los que vienen de afuera
   Eleuteria Román Cuevas, directora de Seguimiento del Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres del Inmujeres, comenta que en la mayoría de los reclusorios estatales los hijos de las presas no son reconocidos en la normatividad.
   “Las políticas respecto a los niños quedan al criterio del funcionario en turno. Los niños y las niñas son invisibles en el sistema penitenciario. Son la deuda mayor”, explica.
   Por ello, dice, no hay un censo nacional actualizado sobre los niños que viven en las cárceles femeniles, ni cuántos años tienen. La edad máxima permitida para que los menores permanezcan con sus madres varía en cada entidad.
   “Muchas mujeres preferirían que los niños se los llevaran a los tres años, porque a los seis ya se dan cuenta de muchas cosas: empiezan a socializarse con el lenguaje que oyen en el reclusorio”, agrega Román Cuevas. Ella reconoce que los menores que crecen en ese ambiente son más proclives a delinquir, sobre todo cuando rebasan el límite de edad y su futuro en el exterior se torna incierto. Ello provoca que muchos de ellos terminen en las calles.
   Para evitar esa situación, es necesario regular el desarrollo de los menores en los presidios del país. “Los niños tienen reconocido el derecho de crecer en un ambiente libre de violencia, ahora el Estado tiene que hacer las reformas pertinentes para lograr que se les garantice ese derecho, así como el de la alimentación, a la satisfacción de sus necesidades, a la salud y a la educación”, puntualiza Román Cuevas.
   Diana lava la ropa de otras reclusas y hace mandados para sacar sus gastos, dice, en especial para conseguir los 100 pesos que la institución en donde se encuentra su hijo Juan, de 12 años, le exige cada mes. En similares condiciones se encuentran 49 menores (23 hombres y 26 mujeres) cuyas edades van de los dos a los 18 años.
   “Yo prefiero que (mi hijo) no esté conmigo. Aquí se ven muchas cosas que lo dejarían marcado”, asegura Diana. Y agrega: “Los otros están chiquitos, lo más probable es que se les olvide el lesbianismo y todo lo demás. Pero a un niño de 12 años, ¿cómo?”.
   La Tercera encuesta a la población en reclusión del DF, realizada por el Centro de Información y Docencia Económicas (CIDE), estima que 86% de las mujeres que purgan su condena en los penales de la Ciudad de México son madres.
   Elena Azaola y Marcelo Bergman, responsables del estudio, sostienen que “los hijos de las internas quedan expuestos a un nivel mayor de desestructuración familiar que los hijos de los varones presos”, toda vez que cuando son los padres quienes se ven inmersos en un proceso judicial, en 80% de los casos los menores quedan bajo la tutela de la madre.
   Cuando sucede lo contrario, agregan, sólo 21% de los padres varones asumen esa responsabilidad. La mayoría de las veces son los abuelos los que se hacen cargo de los menores (31%); o lo hacen otros familiares (26%). Según el estudio, en 14.7%  de los casos se desconoce el paradero de los menores; y existe un porcentaje mínimo (0.5%) de los que llegan a centros infantiles.